jueves, 28 de diciembre de 2017

Los golpes de calor

Qué es y qué síntomas provocan los golpes de calor en los niños:

Cuando suben las temperaturas, son frecuentes los casos de golpe de calor en los niños y bebés. Todos sabemos que los bebés son muy sensibles a los cambios de temperatura, pero pocos conocemos la gravedad de un golpe de calor. Un día de calor en la playa, piscina, o en otro lugar al aire libre puede pasar de ser un día de placer para convertirse en un día de pesadilla. Debemos disfrutar del buen tiempo, pero con precaución,

¿Qué es el golpe de calor?

El golpe de calor es la alteración más grave de la regulación térmica. Se trata de una respuesta del cuerpo a una pérdida excesiva de agua y sal contenidas en el sudor. Las causas del golpe de calor se deben a una exposición excesiva al sol, por no estar adecuadamente hidratado o protegido con lociones apropiadas. Los bebés y los ancianos son los grupos que tienen mayor riesgo de padecer un golpe de calor junto a las personas que se ven obligadas a trabajar en épocas de calor expuestas al sol, los que padecen de diabetes, insuficiencia cardíaca o tensión alta, los obesos y los alcohólicos.

Síntomas del golpe de calor en niños

La mayoría de los golpes de calor tienen lugar en días soleados, pero también se pueden producir a la sombra y en días bochornosos. Entre los síntomas más comunes que afectan a los bebés y a los niños, podemos citar:

- Irritabilidad e incomodidad

- Piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho y axilas

- Calambres musculares

- Agotamiento, cansancio y debilidad

- Mareos, náuseas y vómitos

- Dolor de cabeza

- Desmayos o pérdida de consciencia

- Deshidratación.


¿Cómo actuar frente al golpe de calor en un bebé?

Si notas que tu bebé presenta algunos de estos síntomas, debes actuar de la siguiente forma:

- Suministrar suero casero (como la limonada alcalina) o agua al bebé. La limonada alcalina se puede preparar con la mezcla de un litro de agua, el zumo de dos limones, un poco de sal, una cucharada de bicarbonato sódico y azúcar al gusto.

- Ofrecer leche del pecho al bebé lactante

- Llevar al bebé a un lugar fresco y ventilado, o con aire acondicionado

- Quitar toda la ropa al bebé

- Duchar al bebé con agua fresca

- Dejar que el bebé descanse En el caso de que el bebé no responda a estas animaciones, conviene buscar orientación médica inmediatamente.
Prevención de los golpes de calor en la infancia

Los golpes de calor se pueden prevenir:

- Ofreciendo líquidos (agua o zumos naturales) a los bebés y niños, con frecuencia

- Ofreciendo el pecho a demanda al lactante

- Realizando varias comidas ligeras a lo largo del día y a ser posible frescas o a temperatura ambiente

- Bañando a tu hijo con más frecuencia

- Realizando actividades más relajadas a los niños

- Manteniendo a los más pequeños protegidos del sol, principalmente en las horas de más calor

- Procurando estar en lugares frescos y ventilados

- Vistiendo a los bebés con ropa ligera, de algodón

- Evitando estar mucho tiempo dentro del coche

guiainfantil.com

martes, 19 de diciembre de 2017

Arnés Caminador WaKy.


Para acompañar a tu bebé a dar sus primeros pasos pero sin dañar tu espalda.



WaKy es ideal para bebés de 9 a 24 meses.

Tiene doble ajuste reforzado que se adapta al cuerpo de tu bebé. 

Integramente acolchado y con dos correas regulables en altura.

No está diseñado para levantar y/o hamacar al bebé.

El bebé utiliza su propia fuerza y equilibrio.

WaKy, para aprender con seguridad


El Mundo Es Un Arenero - Aprendemos de nuestros hijos


miércoles, 6 de diciembre de 2017

Pautas para enseñar al niño a esperar su turno


5 consejos para evitar que el niño interrumpa constantemente

Imagina estas situaciones: estás hablando con otro adulto en la puerta del colegio, o te llaman por teléfono, o estás explicando al médico lo que le ocurre a tu hijo y entonces… El niño comienza a interrumpir sin descanso. Te tira de la manga, habla cada vez más alto para que lo atiendas, te da golpecitos hasta que lo miras e incluso se tira al suelo y patalea.

Son niños que no tienen paciencia y no saben esperar. Esta actitud nos hace perder la paciencia a los padres y, muchas veces, terminamos castigando y gritando a los hijos. Pero, ¿cómo podemos evitar que el niño interrumpa constantemente?

Interrumpir utilizando todo tipo de estrategias, es un mal hábito que tienen algunos niños y, sin embargo, los padres no damos con la tecla para poder frenar esta conducta, ¿Qué podemos hacer?


1- Para enseñar al niño a no interrumpir constantemente, debemos parar un segundo la conversación que teníamos con otro adulto o la actividad que hacíamos. Es sólo un segundo, en el que bajaremos a su altura, es el método de escucha activa, y le diremos: “ahora estoy ocupada, cuando termine me cuentas qué ocurre, espera tan sólo un poquito”. Y, en cuanto acabes la conversación con el adulto, recuérdale al niño que te diga lo que tenía en mente. Si sigues con tus rutinas y no le escuchas, la próxima vez intentará de nuevo interrumpirte.

2. Si aun así, tu hijo persiste y sigue tirándote de la manga, dándote golpecitos o chillando para que lo atiendas, intenta no perder la paciencia y, por supuesto no gritarle. Mantén la calma, y ponle tu mano sobre su hombro o tómalo de la mano. El sabrá que eres consciente de que está esperando para decirte algo. También puedes tocarle el hombro, mirarlo un segundo y girarte. Es el lenguaje del cuerpo, entenderá sin hablarle que estás ocupada. De nuevo, cuando hayas terminado, dirígete hacia él y pídele que te cuente lo que necesita.

3- Tenemos que entrenar la paciencia de los niños. Cuando tu hijo pida algo, espera unos minutos antes de dárselo, este pequeño intervalo de tiempo le hará ganar paciencia. Si no atiendes a sus peticiones rápida como un rayo, aprenderá a entender que no estás a su disposición siempre, en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia y que, en ocasiones debe esperar. Eso sí, de nuevo tendrás que cumplir tu palabra y atenderlo pasados unos minutos (ya sea que quiera contarte un chiste, que lo ayudes a dibujar un paisaje o que le des una galleta porque tiene hambre)

4. El consejo estrella para cualquier tipo de tema relacionado con la educación de los hijos: el ejemplo importa. Si nosotros lo interrumpimos cuando nos está contando algo y no dejamos que terminen sus relatos, si también lo hacemos con otros adultos y a nosotros nos falta esa paciencia de esperar, nuestro hijo aprenderá por imitación. Es importante escuchar a los demás y respetar el turno de palabra.

5. Intenta que esos ratos de espera no sean eternos, sobre todo si a tu hijo le cuesta esperar y es de los que interrumpe constantemente. Si estás hablando con otro adulto, tu hijo podrá esperar unos minutos, pero no media hora. No alargues demasiado esos momentos.

Y, un consejo final, no pienses que contigo no funciona porque lo has intentado una vez y tu hijo sigue interrumpiendo constantemente. Tu hijo o tu hija aprenderá a esperar su turno si eres constante y aplicas estos métodos de disciplina positiva en lugar de los gritos y los castigos. 

Si además, sueles dedicarle un espacio de tiempo sólo para él, verás que a medida que crece y madura, se enfadará menos, tendrá menos rabietas por este motivo e irá aceptando que ha de esperar unos momentos si tú estás haciendo otra actividad.

Alba Caraballo - Guiainfantil 

lunes, 27 de noviembre de 2017

Formas de decir NO a los niños de forma positiva




¿Crees que se puede decir no a los niños de forma positiva?, ¿Decirles no sin pronunciar el NO? Te demostraré que, no sólo es posible, sino que además se obtienen más y mejores resultados en los niños.

Si la palabra NO forma parte de tu vocabulario diario, si crees que en un día se la has dicho a tus hijos más de 20 veces y, si ahora son tus hijos los que constantemente dicen NO... quizás sea el momento de encontrar otras formas de decir NO a los niños de forma positiva. ¡Es posible!
Cómo decir NO a los niños de forma positiva





Las madres y padres, tendemos a utilizar el NO con los niños de forma constante: no abras ese cajón, no dejes nada en el plato, no subas, no bajes, no entres, no salgas... Es un constante e incesante devenir de noes por aquí y noes por allá. ¿Acaso es raro que nuestros hijos pasen por la etapa del NO con este despliegue nuestro?

La realidad es que demasiados noes transmitirán un mensaje negativo a nuestros hijos, de la misma manera que los padres que dicen SÍ a todo a sus hijos, podrían ser responsables de conductas de niño tirano o incluso de su frustración si un buen día les dicen un solo NO.

Lo ideal es que exista un balance entre el sí y el no, o mejor aun, que aprendamos a decir No a los niños de forma positiva, es decir, sin pronunciar la palabra NO.

Y es que, decir no a los niños sin decir no es algo posible, y además mucho más beneficioso para ellos. ¿Por qué? Así los niños entenderán y comprenderán mejor el sentido de las normas que ponemos, serán más responsables para conocer que los actos tienen consecuencias, actuarán de forma más autónoma, tendrá una mejor autoestima, habrá más armonía en casa, mejorarán sus habilidades y descubrirán sus capacidades evitando berrinches, rabietas, gritos y enfados.
Ideas para decir No a los niños de forma positiva

La tabla que te mostramos arriba contiene algunos ejemplos de cómo simplemente cambiando el lenguaje, expresas lo mismo, en definitiva, pedirle al niño que no haga algo o decirle que nosotros no podemos hacer algo.

Si empleamos el NO constantemente como: no puedo jugar contigo, no puedes ir al parque, no toques la tablet o no pegues a tu hermano; el mensaje es negativo y además estamos abusando del NO y con ello corremos el riesgo de que no nos hagan caso.

Puedes guardar el NO para algo realmente importante, algo que suponga un peligro para tu hijo, como cruzar la calle sin ir de la mano, o asomarse a la ventana y para el resto de las cosas utilizar fórmulas positivas. De esta manera, podemos cambiar el mensaje diciéndoles: qué te parece si jugamos después de hacer las camas; hoy en vez de ir al parque, vamos a organizar un juego muy divertido en casa; cuando termines tus tareas, podrás jugar con la tablet; si pegas a tu hermano, no querrá jugar contigo. 

No se trata de no negarle al niño cosas, de hecho los padres debemos hacerlo para aplicar disciplina, imponer normas, reforzar el carácter del niño, en definitiva, para educarle. Sin embargo, cuando lo decimos 20 veces, pierde todo el significado. Para decir no a los niños de forma positiva podemos: 

- Sugerir otra cosa que puede hacer: si no podemos ir al parque, podemos cocinar en casa, jugar a juegos de mesa, pintar...

- Posponer la petición hasta que realice: si en ese momento no se puede llevar a cabo lo que quiere o estamos ocupados, podemos dejarlo para otro momento, pero hemos de recordar cumplirlo.

- Explicarle qué ocurrirá si hace lo que quiere: si pega a su hermano, si rompe los juguetes, si se asoma a la ventana, puede haber consecuencias, debemos explicarlas.

- Aclararle las normas: antes de que llegue el momento de decirle NO, no a saltar charcos o no a ver más tiempo televisión, tenemos que contarles qué normas tenemos en casa y por qué. De esta manera, ellos anticiparán la respuesta.

Alba Caraballo
para Guiainfantil

sábado, 11 de noviembre de 2017

El bebé y el feng shui


La influencia de la naturaleza en el feng shui

Además de tener presentes las claves básicas para decorar la habitación, el feng shui recomienda no pasar por alto detalles que, según los expertos en esta técnica, pueden afectar al correcto flujo energético.



CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS

Pon el televisor, ordenador, reproductor de DVD o cualquier otro equipo eléctrico fuera del cuarto donde duerme tu bebé (si hay alguno en él, evita que se quede en “stand by” cuando lo apagues). 

NO A LOS TÓXICOS

Para decorar las paredes es conveniente que utilices pinturas al agua que no requieran disolventes y que evites los barnices sintéticos.

LA MADERA, LO MEJOR

Tanto para los muebles como para los suelos es el material más indicado, aunque también puedes utilizar corcho tratado. Los expertos en feng shui recomiendan que no haya moquetas o alfombras en el cuarto del bebé.

ESPEJOS Y PLANTAS

Los espejos no conviene colocarlos ni en dormitorios ni en zonas de paso continuo. Y en cuanto a las plantas, el feng shui no las tiene en cuenta, pero son una buena fuente de oxigenación ambiental siempre y cuando no las dejes durante la noche en la habitación del bebé (provocarían el efecto contrario).

Crecer Feliz - Eva Calvo Asesora: Beatriz Fernández, Presidenta Asoc. de Técnicos y Profesionales de Feng Shui.

martes, 7 de noviembre de 2017

Tabla de tareas que puede hacer un niño según su edad

Los padres tendemos a considerar a nuestros hijos bebés por mucho más tiempo del que en realidad son. Asumimos tareas como hacerles la cama, recoger sus juguetes o prepararles la ropa aun cuando ellos mismos podrían hacerlas sin ningún problema.

Lejos de ayudarles, estamos perjudicándoles con este tipo de actitud. No les dejamos ser autónomos, crecer, aprender o ser independientes. Es más, nos perjudicamos también a nosotros mismos, ya que además de las tareas del trabajo y las de casa, hacemos las de los niños, llenándonos de estrés, el gran mal que nos azota a los padres. Te proponemos esta tabla de las tareas que puede hacer un niño según su edad.



El método Montessori, reconocido por expertos de todo el mundo, tiene como pilar lograr la autonomía del niño. Además, expertos, pedagogos y psicólogos abogan por lo mismo. Los niños pueden vestirse solos, atarse los zapatos, recoger su habitación, poner la mesa, cargar el lavavajillas, hacer su cama... Los padres, en muchas ocasiones no exigimos estas tareas del hogar a los niños y somos nosotros quienes les hacemos perezosos y poco responsables.
Sin embargo, para que un niño sea responsable debemos dotarle de la capacidad de ser autónomo, que sea capaz de hacer sus tareas del hogar, y hacerlas bien. Sin embargo, no podemos exigir a un niño de 2 años que haga su cama, o a uno de 4 que saque a pasear al perro. Es importante tener en cuenta la edad o el momento madurativo del niño para exigirle responsabilidades.

Hemos elaborado esta tabla de tareas del hogar que muestra qué tareas puedes pedirle a tu hijo según su edad. 


Cómo lograr que los niños cumplan la tabla de tareas del hogar:

Esta tabla de tareas está inspirada en la tabla Montessori, sin embargo la hemos adaptado según nuestra experiencia y la de los expertos que hemos consultado. Hacer que la cumplan puede resultar tarea difícil, pero no lo será si somos constantes y llevamos a cabo estos consejos: 

- Refuerzo positivo: es muy importante que recordemos a nuestros hijos lo bien que están haciendo las tareas del hogar. Alabar y elogiar el trabajo del niño tiene un impacto espectacular sobre él.

- Explicarles cómo se hacen las tareas: no podemos dar por hecho que han de saber hacerlas, hemos de enseñarles a guardar sus juguetes, a doblar su ropa o a fregar los cacharros. Acompañarles y guiarles en las tareas del hogar es fundamental.

- Ser un ejemplo: si nosotros somos desordenados, dejamos para mañana nuestras tareas o protestamos cada vez que hemos de llevarlas a cabo, los niños imitarán nuestra conducta y se volverán perezosos.

- Ten en cuenta la capacidad de tu hijo: no hace falta ser fiel a la tabla de tareas del hogar que hemos elaborado, tu puedes crear la tuya propia teniendo en cuenta las habilidades y capacidades de tu hijo. Quizás sea capaz de más a los 5 años, o tengas que bajar el listón.


Alba Caraballo - Editora de GuiaInfantil.com

martes, 24 de octubre de 2017

Arnés caminador, para cuidar tu espalda mientras acompañas a tu bebé a dar sus primeros pasos.
No está diseñado para levantar y/o hamacar al bebé.
El bebé utiliza su propia fuerza y equilibrio.
WaKy, para aprender con seguridad.



miércoles, 18 de octubre de 2017

Juguetes para cada edad



En el mercado, la oferta de juguetes es tan grande y variada que es muy difícil decidirse por el más adecuado o el mejor. ¿Qué se debe considerar a la hora de elegir un juguete para un niño? Algunos consejos y sugerencias para que los padres puedan orientarse a la hora de elegir y comprar juguetes para los niños.


0-6 MESES: Necesita juguetes que le ayuden a descubrir su cuerpo y a distinguir diferentes texturas, formas y colores. Los sonajeros, móviles de cuna, muñecos de goma, mordedores, alfombras con actividades, etc.

7-12 MESES: El bebé empieza a explorar los objetos y a reconocer voces. Pelotas, muñecos de trapo, juguetes sonoros, balancines y andadores.

13-18 MESES: Los niños a esta edad ya saben andar y reconocen las propiedades de los objetos. Los cubos para encajar y apilar, las bicicletas con ruedas y los cochecitos.

19-24 MESES: El niño habla y comprende, empieza a descubrir su entorno. Coches, bicicletas, pizarras, pinturas, instrumentos musicales, muñecas y animalitos.

2-3 AÑOS: Empiezan a sentir curiosidad por los nombres e imitan escenas familiares. Triciclos, palas, cubos, rompecabezas, pinturas, teléfonos y muñecas.

3-5 AÑOS: El niño empieza a preguntar, a aprender canciones y a jugar con sus amigos/as. Bicicletas, pizarras, magnetófonos, cuentos, marionetas y muñecos articulados.

6-8 AÑOS: El niño sabe sumar y restar, leer y escribir. Monopatines, coches teledirigidos, juegos manuales, de preguntas y de experimentos.

9-11 AÑOS: Se interesan por actividades complicadas. Complementos deportivos, juegos de estrategia y reflexión, audiovisuales, electrónicos y experimentos.

MÁS DE 12 AÑOS: Poco a poco desaparecen las ganas de jugar y van construyendo su propia identidad. Libros, música y vídeos-juegos.


Consejos para elegir juguetes para los niños

1. El juguete debe ser deseado por el niño. 

2. Que sea seguro. Debe estar confeccionado con materiales que no se astillen o sean cortantes si se rompen. Los colores han de ser sólidos y no tóxicos. Cuanto más pequeño es el niño/a más grandes deben ser los juguetes. 

3. Debemos comprarlos adecuados a su edad pensando, siempre en la finalidad y actitudes que desarrollan en nuestros hijos. 

4.Tengamos en cuenta su personalidad: un niño/a retraído necesitará juegos socializadores (varios jugadores); a un niño/a hiperactivo/a le resultarán adecuados juegos de atención, artísticos, etc... 

5. Que sea simple. Esto aumentaría la gama de usos que se pueden hacer de él, desarrollando su fantasía y su capacidad simbólica. 

6. No comprarlos para satisfacer un capricho momentáneo del niño/a.

7. Generalmente no deben ser utilizados para premiar o castigar a un niño/a. 

8. Debemos tener en cuenta que el exceso de juguetes mata la fantasía y produce aburrimiento. Los niños necesitan pedir ante todo. 

9. Conviene instruir a los familiares para que no regalen juguetes de forma indiscriminada. 

10. El mejor juguete no es necesariamente el más caro.

guiainfantil

sábado, 7 de octubre de 2017

El Cerebro del niño

El cerebro del niño forma mil conexiones nuevas por segundo en los primeros tres años de vida

Durante los primeros años de vida de un bebé, sus neuronas forman nuevas conexiones a una velocidad asombrosa, entre 700 a 1.000 por segundo, un ritmo que nunca se volverá a repetir. Estas conexiones forman la base del futuro de un niño, por lo que es de vital importancia cuidar su alimentación, estimulación y cuidados.

Se considera que los primeros 1.000 días de vida de un niño tienen un efecto determinante en su desarrollo futuro, por lo que UNICEF no se cansa de alertar del importante papel que jugamos los padres, en su vida, tanto durante la etapa del embarazo como posteriormente en su crianza.
La importancia de los 1.000 primeros días

UNICEF lleva tiempo informando de lo importante que es cuidar la primera etapa de la infancia de un niño, lo que se conoce como sus primeros 1.000 días de vida y que abarca tanto el embarazo como sus primeros tres años.

En este tiempo, el cerebro del niño comienza a desarrollarse a gran velocidad, adquiriendo el lenguaje y las destrezas sociales y emocionales que necesitará para su etapa adulta, por lo que de su correcto desarrollo dependerá su bienestar futuro. No en vano, el 40 % de las habilidades mentales del adulto se forman en los tres primeros años de vida.

UN NIÑO, CUYO CEREBRO NO SE DESARROLLE ADECUADAMENTE, NO SÓLO SERÁ PERJUDICIAL PARA ÉL SINO QUE EN UN FUTURO REPERCUTIRÁ TAMBIÉN EN EL RESTO DE LA SOCIEDAD.

La nutrición, la salud, la protección y el cuidado en esta etapa, constituyen los nutrientes esenciales que el cerebro necesita para desarrollarse correctamente. Una oportuna estimulación, juegos adecuados y un medio ambiente enriquecedor son fundamentales también en esta primera etapa de la infancia.


Pero si hay algo que los expertos no se cansan de recalcar es la importancia que tiene el vínculo entre el bebé y sus padres (o sus adultos de referencia). La forma en que los niños son criados o atendidos en los primeros años, puede influir en su funcionamiento cerebral durante el resto de su vida, e incluso repercutir en futuras generaciones.

Por eso, UNICEF ha querido alertar a través de su campaña "La primera infancia cuenta" de que los adultos no siempre son conscientes de la importancia que tiene este vínculo de apego con los niños, o cuentan con las herramientas suficientes para lograr una adecuada estimulación, cuidados y protección.
Cómo nutrir el cerebro de los bebés

Según palabras del Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake:

"El cerebro es lo más importante que tienen los niños, pero no estamos cuidándolo de la misma manera en que cuidamos de sus cuerpos, especialmente en la primera infancia, cuando la ciencia demuestra que los cerebros de los niños y su futuro se están perfilando rápidamente. Tenemos que hacer más para dar a los padres y cuidadores de los niños pequeños el apoyo que necesitan"

Por tanto, y partiendo de esta premisa, ¿cómo podemos los padres cuidar el cerebro de nuestros hijos?, o dicho de otro modo, ¿qué está en nuestra mano hacer para favorecer el correcto desarrollo de sus conexiones neuronales?
La importancia del contacto físico: tocar a nuestros hijos, abrazarles y criarles con cariño y respeto, generará oxitocina que les ayudará a crecer tranquilos, relajados, confiados y sintiéndose amados.

Esto provocará un mayor deseo de explorar su mundo, aprender, disfrutar y relacionarse mejor con su entorno, además de dotarles de herramientas que les permitan hacer frente a diferentes situaciones y retos de la vida, algo que repercutirá positivamente en su etapa adulta.

Hablarles y sonreírles ya que, según las investigaciones, este tipo de interacción con las figuras de apego a edades tempranas nutren al bebé y estimulan su desarrollo emocional, tan importante para la sociedad en la que vivimos.

Pasar el mayor tiempo posible con ellos. Durante los primeros años de vida, los niños entablan las primeras relaciones con su círculo familiar más cercano, siendo la relación más intensa emocional y físicamente hablando la que se crea con sus padres y, sobretodo, con su madre.

Este vínculo de apego provoca en el niño una serie de sentimientos que hacen que crezca sabiéndose importante para alguien y, por tanto, favoreciendo su seguridad y autoestima.

No dejarles llorar: El cerebro y el estrés no son buenos compañeros. Cuando el niño percibe una amenaza (del tipo que sea) generará cortisol, una hormona que se mantendrá en niveles elevados si la amenaza persiste, es decir, si el entorno o el tipo de crianza no es el adecuado.

Crecer en un entorno de estrés y amenazas provocará niños temerosos, desconfiados y asustadizos, que tienen menos seguridad en sí mismos y que arrastrarán ese estado de alerta durante toda su etapa adulta.

Por ello, los expertos inciden en la importancia de atender el llanto del bebé o los estados de angustia o estrés que pueda manifestar el niño pequeño. Calmarle, consolarle y ayudarle a entender sus emociones desde el acompañamiento y la confianza son claves para su correcto desarrollo emocional.

La importancia del juego. Jugar no sólo es un derecho del niño sino que a través del juego libre aprenderán a conocer y a interactuar con el mundo que les rodea, perfeccionarán su psicomotricidad y lenguaje y, en definitiva, repercutirá positivamente en su desarrollo cognitivo, social y educativo.

Una correcta alimentación. De todos es sabido que "somos lo que comemos" por tanto, es fundamental que para que el niño crezca fuerte, sano y pueda desarrollarse correctamente, su alimentación sea la adecuada.

La OMS recomienda lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida del bebé, e incluso la reconoce como un derecho que tanto los niños como las madres deberían tener.
Sólo 15 países en el mundo cuidan la primera infancia del niño

Con el informe "La primera infancia cuenta", UNICEF quiere alertar de la situación que viven alrededor de 85 millones de niños menores de 5 años en todo el mundo, cuyos países no ofrecen a sus familias ni educación preescolar gratuita, ni permisos de lactancia para sus madres, ni permisos parentales justos y remunerados que puedan repercutir positivamente en sus primeros años de vida.

El informe destaca que Cuba, Francia, Portugal, Rusia y Suecia figuran entre los países que garantizan mayores medidas a las familias para cuidar de sus hijos, mientras que el 40% de los 85 millones de niños afectados se encuentran en Bangladesh y Estados Unidos.

POR ELLO, UNICEF PRETENDE QUE LAS EMPRESAS Y LOS GOBIERNOS DE LOS DIFERENTES PAÍSES SE INVOLUCREN DE LLENO EN ESTA PRIMERA ETAPA DE LA INFANCIA DE LOS NIÑOS, APOYANDO A SUS FAMILIAS PARA QUE PUEDAN DOTARLES DE AMOR, CUIDADOS, EDUCACIÓN Y NUTRICIÓN.

Silvia Díaz para bebesymas.

martes, 3 de octubre de 2017


Qué tener en cuenta para decidir entre jardín maternal o niñera 
(Candelaria Palacios/La Nación)


Otro gran dilema que tenemos las madres cuando nos reincorporamos al trabajo después de la licencia por maternidad es con quién dejar a nuestro bebé. Es una decisión difícil que puede facilitar o complicar todavía más la transición entre estas dos etapas. A menos que tengamos alguna abuela o tía disponible que lo pueda cuidar, o que trabajemos desde casa y podamos combinarlo con el cuidado del bebé, las dos alternativas más viables son: contratar a una niñera que venga a casa o mandarlo a un jardín maternal.

Cada una de las opciones tiene sus ventajas y desventajas y tenemos que tratar de evaluarlas antes de tomar la decisión. "Hay que tener en cuenta cuáles son los objetivos y necesidades de los padres, es decir, lo que esperan para el cuidado de sus hijos", explica el psicólogo Santiago Gómez, Director de Decidir Vivir Mejor y del Centro de Psicología Cognitiva.

Niñeras o babysitters

"Contratar a una niñera es una opción justa para aquellos padres que quieren una determinada educación para sus hijos que eligen a una persona que esté preparada, para que le pueda brindar al niño la estimulación que necesita en cada etapa de su desarrollo evolutivo. Sin embargo, contratar una niñera con preparación profesional resulta muchas veces muy costoso", agrega el psicólogo. Y es cierto, la mayoría de los padres que contratan niñeras optan por alguna persona de confianza (al menos "conocida de algún conocido") que pueda estar con el niño, jugar con él, atender a todas sus necesidades, pero que no necesariamente tenga preparación alguna para ello. Generalmente son estudiantes que necesitan algún trabajo que puedan ajustar con sus estudios o empleadas domésticas que combinan las labores de la casa con la atención del bebé. En muchos casos, esta solución es ideal, porque la misma persona nos resuelve varias cosas del hogar, sabemos que nuestro hijo está en un lugar seguro y es muy raro que se enferme o se contagie de alguien.

"Sin embargo, al estar en casa, los chicos tienen poca sociabilización, al no poder compartir actividades con pares", señala Santiago Gómez. Por eso si lo dejamos en casa con una niñera, hay que tratar de fomentarle la sociabilización por otros lados: ir a la plaza, inscribirse en algún grupo de actividades de madres y niños, reunirse con familiares o amigos que también tengan hijos chicos.

Otra gran desventaja de las niñeras es que cuando éstas se enferman, llegan tarde o tienen cualquier tipo de inconveniente, los padres somos los que tenemos que modificar nuestra agenda laboral y faltar al trabajo o hacer malabares para definir quién se queda con el chico.

Por último, siempre corremos el riesgo de que, la persona elegida no resulte idónea para el trabajo y no estimule lo suficiente al niño o no le preste tanta atención como nos gustaría, especialmente cuando no son profesionales.
Jardín maternal

La otra alternativa es enviar a nuestros hijos a un jardín maternal: "Los padres que se deciden por esta opción ponen el énfasis en la sociabilización de su hijo. Esto significa que el niño aprenda normas sociales, que influyan en su buen comportamiento; que aprenda a compartir juguetes con otros niños, a tolerar la frustración; además del desarrollo de habilidades sociales, motoras y emocionales varias", resalta Gómez. Asimismo, lo bueno del Jardín Maternal es que es una institución que siempre va a estar abierta para recibir a nuestros hijos; no puede "faltar" o "llegar tarde" como una niñera. Y además, siempre tenemos la garantía de que las personas a cargo de nuestro bebé son maestras capacitadas, que saben qué actividades y estímulos proporcionarles a cada edad.


"La gran desventaja del jardín maternal es el contagio de enfermedades entre los niños", destaca el psicólogo. Los chicos tocan todo, se meten juguetes en la boca y los comparten con los demás. Esto genera a veces un círculo vicioso de contagios que no tienen fin, especialmente en épocas de frío, cuando muchos tienen gripe, resfríos, conjuntivitis y demás.
Cómo saber si tomamos la decisión correcta o hay que cambiar

Sea cual sea la opción que elijamos para dejar a nuestros hijos, lo importante es estar atentos para saber discernir si ellos están contentos con este método, si están bien cuidados y si no hay algo fuera de lo normal que pueda retrasar o afectar el desarrollo del bebé o niño. "Cuando los chicos van contentos al jardín maternal - luego de haber superado la etapa de adaptación - o se quedan contentos con la niñera, con la cual han generado un vínculo afectivo, significa que todo marcha bien", explica Gómez. Sin embargo, nos detalla cuáles son los signos a los que tenemos que prestar atención para saber si nuestros hijos están bien, contentos y cuidados:

- Cambios en el humor

- Cambios de conducta

- Si se lo observa triste durante gran parte del día

- Llanto de manera injustificada

- Mayor sensibilidad

- Se lo ve asustado y temeroso (más de lo usual)

- Tiene trastornos en el sueño (pesadillas)

- Hay algún retroceso en su desarrollo. Por ejemplo, había aprendido a gatear y ya no lo hace más. O, más adelante, aprende a controlar los esfínteres y vuelve a no poder.

"Y fundamentalmente, una vez que el niño ha aprendido a comunicarse, es importante escuchar lo que dice y no tomarlo como una fantasía, ya que muchas veces puede estar expresando la causa de su malestar", agrega Santiago Gómez. También hay que tener la valentía de cambiar siempre que sea necesario a pesar de que nos tome tiempo, trabajo y dinero encontrar el lugar o la persona ideal para nuestros hijos.


viernes, 29 de septiembre de 2017

Estimulación

Desarrollo y estimulación de niños de 12 a 18 meses: 
En marcha !

El bebé de 12 meses. Primeros pasos


Alrededor del año, muchos bebés empiezan a dar sus primeros pasos solitos. Otros tardarán aún semanas o meses en empezar a andar. Si tu hijo es de los tranquilos, no te preocupes, es perfectamente normal.

Imita lo que hacen otros, sobre todo papá y mamá, y comienza la etapa en la que el bebé se divierte empujando objetos grandes y tirando y lanzando las cosas al suelo. Ármate de paciencia, porque necesita experimentar la relación causa-efecto y pasarás una temporada recogiendo cucharas y juguetes del suelo.

El niño de 13 meses. Se desplaza con apoyo


Continúa el aprendizaje para soltarse a caminar. Muchos niños son capaces de desplazarse de un lugar a otro a pasitos, buscando apoyo en los muebles. Tu hijo puede agacharse y recoger un objeto del suelo y le gustará acercarse a lo que despierta su curiosidad: está descubriendo su independencia. Cada vez domina mejor sus manos. Puede sujetar su cuchara –aunque no comerá como un gentleman- y meter objetos en una caja. Dice algunas palabras sueltas, y entiende mucho de lo que le dices. Cada vez se comunica mejor.

El niño de 14 meses. ¡Te sigo, mamá!


A los 14 meses, muchos niños pueden levantarse y agacharse solos. Les encanta seguir a mamá a todas partes para ver qué hace y ayudarla con las tareas de la casa. A esta edad ya han mejorado mucho la coordinación: saben vaciar un cubito lleno de arena o de agua, pueden beber de un vaso sin tirar su contenido... Le encanta experimentar con texturas y objetos de diferentes tamaños, y se siente más seguro con su osito de peluche o su mantita, que se convierten en su objeto de consuelo.

Recuerda: ha llegado la hora de cuidar la seguridad de tu casa a ras de suelo. Protege bien los enchufes, retira los objetos frágiles o peligrosos del alcance de tu hijo y procura dejarle el máximo espacio posible para moverse y curiosear.

El niño de 15 meses. Bienvenido, señor “no”

De pronto, “No” se convierte en su palabra favorita. Es una manera de afirmar su identidad, ahora que cada vez es más autónomo. Sabe decir unas seis palabras, aunque entiende muchas más. La mayoría de los niños ya caminan a esta edad. Empiezan a subir escalones, apoyando los dos pies en cada uno, pero tardarán más en poder subir y bajar escaleras. En cuanto a sus habilidades manuales, ya pueden dar palmas, apilar bloques de construcción básicos, empiezan a abrir y cerrar cajas, manejan sus cubiertos mucho mejor… Se lo pasan en grande jugando con mamá y papá. Les encantan todos los juguetes que puedan empujar y arrastrar, como los carritos de muñecas, los arrastres y los andadores.



Ya obedecen instrucciones sencillas como “dame la muñeca”, y entienden frases fáciles del tipo “¿Dónde está el osito?”. Les pueden llamar la atención los otros niños, pero todavía no suelen jugar con ellos.

El niño de 16 meses: Primeras rabietas

A los 16 meses es posible que a tu hijo le guste jugar a esconder la cara entre sus manos, apilar bloques (y tirarlos) y los juegos con partes del cuerpo como '¿Dónde están tus orejas?'. Empiezan las primeras rabietas: aún no controla sus emociones y hay muchas acciones cotidianas que no domina y le resultan frustrantes. Sigue desarrollando su motricidad gruesa y explorando la relación causa-efecto. Los juguetes que hacen ruido o música o que se mueven cuando él los manipula, cada vez con mayor habilidad, le llaman mucho la atención.

El niño de 17 meses. Le gusta imitarte

A los 17 meses, los niños ya dominan más palabras, algunos incluso pueden empezar a construir frases simples. Disfrutan con juegos que requieren imaginación, como dar de comer a su muñeca o hacer comiditas. Sigue aferrado al “no”, incluso con más fuerza que en meses anteriores. Contrarresta su impulsividad hablándole en un tono suave, pidiéndole las cosas “por favor” y dándole las gracias. Recuerda que aprenden imitándonos.

El niño de 18 meses. Cada vez más atento

Pueden saltar, correr, subir una escalera ellos solos cogiéndose a la barandilla y sentarse sin ayuda en una silla bajita. Tocan todos los botones e interruptores que estén a su alcance. Son capaces de arrojar objetos grandes sin caerse, como una pelota. Ya saben pintar garabatos, hacer torres de tres o cuatro cubos y quitarse alguna prenda de vestir, como los calcetines.

Comprenden dos órdenes en una misma frase, como “abre la caja y saca un juguete”, y pueden decir unas 50 palabras. Les encanta la música: pueden seguir una melodía que les gusta y disfrutan bailando. Cada vez mantienen la atención más tiempo en la misma actividad.

Muestran cada vez más interés por otros niños, aunque les sigue costando interactuar con ellos.

Los juguetes más adecuados para niños y niñas de 12 a 18 meses:

¿Qué juguetes necesita tu hijo para alcanzar todos los hitos de desarrollo de esta etapa y seguir aprendiendo? Le gustará jugar con cubos y bloques; coches, camiones y todo tipo de juguetes con ruedas; juegos de cocina, para imitar a mamá y papá; muñecos; cuentos con figuras y sonidos diferentes, encajables y ensartables…

Los juguetes que se mueven si el niño los manipula (con botones que hacen que se enciendan luces o sonidos, con piezas que suben y bajan, con música… suelen ser sus favoritos en esta etapa.

Y, por supuesto, disfrutará especialmente con juguetes de arrastre y juguetes pesados para empujar, que le dan algo en lo que sostenerse para moverse por la casa. 

Fuente serPadres

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lunes, 25 de septiembre de 2017

¿Cómo enseñarle a dormir a nuestros bebés?




Dra. Marisa Gandsas


El dormir es un hábito que se aprende, y se aprende ya desde que los bebés salen de las panzas de sus mamás. El 98 por ciento de los niños a los que les cuesta dormir tienen un hábito mal adquirido que les impide descansar bien.
El bebé no nace sabiendo dormir, ya que este es un hábito que va a ir aprendiendo desde sus primeros días de vida.
Existe un alto porcentaje de niños que tienen problemas para dormir y esto se debe a que no han adquirido bien este hábito.
El recién nacido no distingue entre día y noche. En el útero materno pasaba horas durmiendo y otras despierto, alternativamente, sin horarios preestablecidos.
Cuando el bebé nace, son los padres los que deben enseñarle a dormir. Todos los bebés saben dormir, pero no todos saben hacerlo bien. A partir del tercer o cuarto mes algunos niños pueden dormir de corrido toda la noche y otros se despiertan varias veces.
El recién nacido suele despertarse cada 3 o 4 horas, a veces cada 2 o 3 horas para comer. En ese lapso el niño se despierta, es alimentado, se le cambia el pañal y se vuelve a dormir. Esto es lo más común, pero hay niños que no tienen parámetro horario y pueden dormir hasta 16 hs diarias.
El niño se adapta a períodos más largos de tiempo llegando al tercer o cuarto mes de vida. Generalmente ahí cambia su ritmo biológico, porque el bebé va madurando en la medida en que su sistema nervioso central incorpora estas funciones. Esto no es igual para todos, hay quienes lo logran más tarde.



¿Cómo enseñarle a dormir a un recién nacido?

No es secillo enseñarle a dormir a un recién nacido, pero se logra con una rutina diaria, paciencia y perseverancia.
También hay que darle pautas para que aprenda a distinguir el día de la noche, el silencio, los horarios de comida, etc.
Los bebés lloran y lo hacen por diferentes causas (hambre, sueño, frío, calor). No es conveniente alimentarlos inmediatamente ante el primer llanto porque no siempre que lloran significa que lo hacen por hambre. A veces se calman solo por el contacto con la mamá o el papá.


Diferenciar el día de la noche

Para ayudar a que el bebé pueda diferenciar entre el día y la noche es conveniente que de día esté en un lugar de la casa distinto del que va a estar a la noche. Puede estar en el living, en la cocina, en un corralito, etc. durante el día (aún cuando duerme).

No es necesario que haya silencio absoluto. En esos lugares donde está el bebé, puede haber música o ruidos de las tareas habituales que se realizan en la casa. Por la noche, lo conveniente es que sí haya más silencio, menos luz, mayor tranquilidad y que duerma en su cuna. Los momentos en los que está despierto, hay que hablarle, mimarlo y jugar con él para que empiece a diferenciar entre el estar dormido y despierto.


Establecer rutinas

Es bueno establecer rutinas, como por ejemplo bañarlo antes de la comida anterior a que se vaya a dormir por la noche. Hay que tratar de hacerlo siempre en el mismo horario.
El bebé debe dormir con ropa cómoda, y no tener ni frío ni calor.

No se recomienda que el niño se duerma en brazos. Es mejor acostarlo solo en su cuna y cantarle una canción o hablarle despacito, diciéndole que tiene que dormir y despedirse.

No es tarea fácil. Generalmente los recién nacidos se duermen mientras se alimentan, se espera que hagan un provechito y se lo acuesta. Esto se hace para que desde el principio el bebé reconozca su cuna como lugar de dormir. Así cuando se despierte en el medio de la noche, estará en el mismo lugar donde se durmió.

De todas maneras los recién nacidos están en una etapa en la que el despertar tiene que ver más con el hambre, pero a la vez es la edad ideal para comenzar a enseñarles este hábito de dormirse solos en su cunita.

¿Dónde duermen los recién nacidos?

La respuesta a esta pregunta deben encontrarla los padres de acuerdo a sus deseos y convicciones. Es bueno que lo planifiquen y decidan antes del nacimiento. La llegada del nuevo integrante supone pocas horas de sueño y mucho cansancio.
Se aconseja que hasta los 6 meses, como mínimo, y hasta el año si es posible, el bebé duerma en su cuna pero junto a la cama de los padres, porque se descubrió que esta medida sirve para minimizar el riesgo de muerte súbita. Además, es una manera de facilitarle a la madre el continuo despertar durante la noche. Se puede instalar la cuna cerca de la cama. Ya tiene tres meses

Es común que cerca del tercer o cuarto mes el niño duerma de 4 a 6 horas de corrido y vaya estirando sus períodos de sueño
A partir de este momento la tarea de enseñarle a dormir debe ser más constante.
Los papás deben estar convencidos, seguros y tranquilos en esta tarea. Su actitud es fundamental, pues el niño lo percibe y de acuerdo a esto se quedará en su cuna o no.
El bebé debe asociar la hora de dormir a una rutina: la repetición les da seguridad. Por ejemplo: primero se baña, luego come, el papá o la mamá le canta alguna canción o le hacen algún mimo. Cada familia decidirá a que hora se acuesta el niño y si le ofrecen algo para la noche, un chupete, un osito de peluche, etc.
Se aconseja no acudir ante el primer llanto nocturno del bebé, porque a veces están soñando o gimen y vuelven a dormirse solos.

Fuente planetamama



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