viernes, 29 de septiembre de 2017

Estimulación

Desarrollo y estimulación de niños de 12 a 18 meses: 
En marcha !

El bebé de 12 meses. Primeros pasos


Alrededor del año, muchos bebés empiezan a dar sus primeros pasos solitos. Otros tardarán aún semanas o meses en empezar a andar. Si tu hijo es de los tranquilos, no te preocupes, es perfectamente normal.

Imita lo que hacen otros, sobre todo papá y mamá, y comienza la etapa en la que el bebé se divierte empujando objetos grandes y tirando y lanzando las cosas al suelo. Ármate de paciencia, porque necesita experimentar la relación causa-efecto y pasarás una temporada recogiendo cucharas y juguetes del suelo.

El niño de 13 meses. Se desplaza con apoyo


Continúa el aprendizaje para soltarse a caminar. Muchos niños son capaces de desplazarse de un lugar a otro a pasitos, buscando apoyo en los muebles. Tu hijo puede agacharse y recoger un objeto del suelo y le gustará acercarse a lo que despierta su curiosidad: está descubriendo su independencia. Cada vez domina mejor sus manos. Puede sujetar su cuchara –aunque no comerá como un gentleman- y meter objetos en una caja. Dice algunas palabras sueltas, y entiende mucho de lo que le dices. Cada vez se comunica mejor.

El niño de 14 meses. ¡Te sigo, mamá!


A los 14 meses, muchos niños pueden levantarse y agacharse solos. Les encanta seguir a mamá a todas partes para ver qué hace y ayudarla con las tareas de la casa. A esta edad ya han mejorado mucho la coordinación: saben vaciar un cubito lleno de arena o de agua, pueden beber de un vaso sin tirar su contenido... Le encanta experimentar con texturas y objetos de diferentes tamaños, y se siente más seguro con su osito de peluche o su mantita, que se convierten en su objeto de consuelo.

Recuerda: ha llegado la hora de cuidar la seguridad de tu casa a ras de suelo. Protege bien los enchufes, retira los objetos frágiles o peligrosos del alcance de tu hijo y procura dejarle el máximo espacio posible para moverse y curiosear.

El niño de 15 meses. Bienvenido, señor “no”

De pronto, “No” se convierte en su palabra favorita. Es una manera de afirmar su identidad, ahora que cada vez es más autónomo. Sabe decir unas seis palabras, aunque entiende muchas más. La mayoría de los niños ya caminan a esta edad. Empiezan a subir escalones, apoyando los dos pies en cada uno, pero tardarán más en poder subir y bajar escaleras. En cuanto a sus habilidades manuales, ya pueden dar palmas, apilar bloques de construcción básicos, empiezan a abrir y cerrar cajas, manejan sus cubiertos mucho mejor… Se lo pasan en grande jugando con mamá y papá. Les encantan todos los juguetes que puedan empujar y arrastrar, como los carritos de muñecas, los arrastres y los andadores.



Ya obedecen instrucciones sencillas como “dame la muñeca”, y entienden frases fáciles del tipo “¿Dónde está el osito?”. Les pueden llamar la atención los otros niños, pero todavía no suelen jugar con ellos.

El niño de 16 meses: Primeras rabietas

A los 16 meses es posible que a tu hijo le guste jugar a esconder la cara entre sus manos, apilar bloques (y tirarlos) y los juegos con partes del cuerpo como '¿Dónde están tus orejas?'. Empiezan las primeras rabietas: aún no controla sus emociones y hay muchas acciones cotidianas que no domina y le resultan frustrantes. Sigue desarrollando su motricidad gruesa y explorando la relación causa-efecto. Los juguetes que hacen ruido o música o que se mueven cuando él los manipula, cada vez con mayor habilidad, le llaman mucho la atención.

El niño de 17 meses. Le gusta imitarte

A los 17 meses, los niños ya dominan más palabras, algunos incluso pueden empezar a construir frases simples. Disfrutan con juegos que requieren imaginación, como dar de comer a su muñeca o hacer comiditas. Sigue aferrado al “no”, incluso con más fuerza que en meses anteriores. Contrarresta su impulsividad hablándole en un tono suave, pidiéndole las cosas “por favor” y dándole las gracias. Recuerda que aprenden imitándonos.

El niño de 18 meses. Cada vez más atento

Pueden saltar, correr, subir una escalera ellos solos cogiéndose a la barandilla y sentarse sin ayuda en una silla bajita. Tocan todos los botones e interruptores que estén a su alcance. Son capaces de arrojar objetos grandes sin caerse, como una pelota. Ya saben pintar garabatos, hacer torres de tres o cuatro cubos y quitarse alguna prenda de vestir, como los calcetines.

Comprenden dos órdenes en una misma frase, como “abre la caja y saca un juguete”, y pueden decir unas 50 palabras. Les encanta la música: pueden seguir una melodía que les gusta y disfrutan bailando. Cada vez mantienen la atención más tiempo en la misma actividad.

Muestran cada vez más interés por otros niños, aunque les sigue costando interactuar con ellos.

Los juguetes más adecuados para niños y niñas de 12 a 18 meses:

¿Qué juguetes necesita tu hijo para alcanzar todos los hitos de desarrollo de esta etapa y seguir aprendiendo? Le gustará jugar con cubos y bloques; coches, camiones y todo tipo de juguetes con ruedas; juegos de cocina, para imitar a mamá y papá; muñecos; cuentos con figuras y sonidos diferentes, encajables y ensartables…

Los juguetes que se mueven si el niño los manipula (con botones que hacen que se enciendan luces o sonidos, con piezas que suben y bajan, con música… suelen ser sus favoritos en esta etapa.

Y, por supuesto, disfrutará especialmente con juguetes de arrastre y juguetes pesados para empujar, que le dan algo en lo que sostenerse para moverse por la casa. 

Fuente serPadres

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lunes, 25 de septiembre de 2017

¿Cómo enseñarle a dormir a nuestros bebés?




Dra. Marisa Gandsas


El dormir es un hábito que se aprende, y se aprende ya desde que los bebés salen de las panzas de sus mamás. El 98 por ciento de los niños a los que les cuesta dormir tienen un hábito mal adquirido que les impide descansar bien.
El bebé no nace sabiendo dormir, ya que este es un hábito que va a ir aprendiendo desde sus primeros días de vida.
Existe un alto porcentaje de niños que tienen problemas para dormir y esto se debe a que no han adquirido bien este hábito.
El recién nacido no distingue entre día y noche. En el útero materno pasaba horas durmiendo y otras despierto, alternativamente, sin horarios preestablecidos.
Cuando el bebé nace, son los padres los que deben enseñarle a dormir. Todos los bebés saben dormir, pero no todos saben hacerlo bien. A partir del tercer o cuarto mes algunos niños pueden dormir de corrido toda la noche y otros se despiertan varias veces.
El recién nacido suele despertarse cada 3 o 4 horas, a veces cada 2 o 3 horas para comer. En ese lapso el niño se despierta, es alimentado, se le cambia el pañal y se vuelve a dormir. Esto es lo más común, pero hay niños que no tienen parámetro horario y pueden dormir hasta 16 hs diarias.
El niño se adapta a períodos más largos de tiempo llegando al tercer o cuarto mes de vida. Generalmente ahí cambia su ritmo biológico, porque el bebé va madurando en la medida en que su sistema nervioso central incorpora estas funciones. Esto no es igual para todos, hay quienes lo logran más tarde.



¿Cómo enseñarle a dormir a un recién nacido?

No es secillo enseñarle a dormir a un recién nacido, pero se logra con una rutina diaria, paciencia y perseverancia.
También hay que darle pautas para que aprenda a distinguir el día de la noche, el silencio, los horarios de comida, etc.
Los bebés lloran y lo hacen por diferentes causas (hambre, sueño, frío, calor). No es conveniente alimentarlos inmediatamente ante el primer llanto porque no siempre que lloran significa que lo hacen por hambre. A veces se calman solo por el contacto con la mamá o el papá.


Diferenciar el día de la noche

Para ayudar a que el bebé pueda diferenciar entre el día y la noche es conveniente que de día esté en un lugar de la casa distinto del que va a estar a la noche. Puede estar en el living, en la cocina, en un corralito, etc. durante el día (aún cuando duerme).

No es necesario que haya silencio absoluto. En esos lugares donde está el bebé, puede haber música o ruidos de las tareas habituales que se realizan en la casa. Por la noche, lo conveniente es que sí haya más silencio, menos luz, mayor tranquilidad y que duerma en su cuna. Los momentos en los que está despierto, hay que hablarle, mimarlo y jugar con él para que empiece a diferenciar entre el estar dormido y despierto.


Establecer rutinas

Es bueno establecer rutinas, como por ejemplo bañarlo antes de la comida anterior a que se vaya a dormir por la noche. Hay que tratar de hacerlo siempre en el mismo horario.
El bebé debe dormir con ropa cómoda, y no tener ni frío ni calor.

No se recomienda que el niño se duerma en brazos. Es mejor acostarlo solo en su cuna y cantarle una canción o hablarle despacito, diciéndole que tiene que dormir y despedirse.

No es tarea fácil. Generalmente los recién nacidos se duermen mientras se alimentan, se espera que hagan un provechito y se lo acuesta. Esto se hace para que desde el principio el bebé reconozca su cuna como lugar de dormir. Así cuando se despierte en el medio de la noche, estará en el mismo lugar donde se durmió.

De todas maneras los recién nacidos están en una etapa en la que el despertar tiene que ver más con el hambre, pero a la vez es la edad ideal para comenzar a enseñarles este hábito de dormirse solos en su cunita.

¿Dónde duermen los recién nacidos?

La respuesta a esta pregunta deben encontrarla los padres de acuerdo a sus deseos y convicciones. Es bueno que lo planifiquen y decidan antes del nacimiento. La llegada del nuevo integrante supone pocas horas de sueño y mucho cansancio.
Se aconseja que hasta los 6 meses, como mínimo, y hasta el año si es posible, el bebé duerma en su cuna pero junto a la cama de los padres, porque se descubrió que esta medida sirve para minimizar el riesgo de muerte súbita. Además, es una manera de facilitarle a la madre el continuo despertar durante la noche. Se puede instalar la cuna cerca de la cama. Ya tiene tres meses

Es común que cerca del tercer o cuarto mes el niño duerma de 4 a 6 horas de corrido y vaya estirando sus períodos de sueño
A partir de este momento la tarea de enseñarle a dormir debe ser más constante.
Los papás deben estar convencidos, seguros y tranquilos en esta tarea. Su actitud es fundamental, pues el niño lo percibe y de acuerdo a esto se quedará en su cuna o no.
El bebé debe asociar la hora de dormir a una rutina: la repetición les da seguridad. Por ejemplo: primero se baña, luego come, el papá o la mamá le canta alguna canción o le hacen algún mimo. Cada familia decidirá a que hora se acuesta el niño y si le ofrecen algo para la noche, un chupete, un osito de peluche, etc.
Se aconseja no acudir ante el primer llanto nocturno del bebé, porque a veces están soñando o gimen y vuelven a dormirse solos.

Fuente planetamama



martes, 12 de septiembre de 2017

Peso y estatura del bebé - Artículo de Guiainfantil


Pesos y estatura del bebé, niño y niña

Tabla orientativa sobre el peso y las medidas ideales para los niños y las niñas
El peso y la talla de los bebés dicen mucho de su desarrollo físico. Desde su nacimiento, el bebé es pesado y medido y, especialmente, en el primer año de su vida, su peso y sus medidas de crecimiento deben ser controlados por el pediatra.

El peso y la talla del bebé al nacer

La herencia genética y el momento de la gestación que el bebé elige para nacer determinan, en principio, su peso y talla. Así, el tamaño de los padres influye en el peso y talla del bebé no sólo en el momento del nacimiento, sino también en su desarrollo posterior. Respecto al momento del parto, hay que hacer una distinción entre los que nacen a término y los que se adelantan a la semana 38 de gestación. En otras ocasiones, una enfermedad materna que no le haya permitido recibir suficiente alimento durante el embarazo o una diabetes gestacional también pueden determinar el peso y talla del bebé al nacer.

¿Cuánto ha pesado el bebé?




Es la pregunta más frecuente a la que responden los padres tras el nacimiento de su hijo junto con el nombre elegido para él. Por debajo de los 2.500 gramos, se considera bajo peso en los bebés nacidos a término, mientras que por encima de los 4.000 gramos, el peso es evaluado como alto. El valor medio está situado entre ambas medidas y en torno a los 3.000 gramos.

¿Cuánto debe crecer el bebé y aumentar de peso?

La medición del peso y la talla son controles rutinarios que llevará a cabo tu pediatra en cada visita. Es importante no obsesionarse con estas medidas porque los picos de aumento de peso y de crecimiento no son siempre los mismos y, durante el primer año, cambian cada trimestre. 

Así, durante los primeros tres meses, el aumento de peso oscila entre 750 - 900 gramos mensuales. Entre el tercero y sexto mes, decrece y el aumento gira en torno a 500 - 600 gramos mensuales. Entre el sexto y noveno mes, el aumento de peso es menor, entre 350 - 400 gramos mensuales. Y, finalmente, entre el noveno mes y el año de edad, el promedio mensual se sitúa entre 250 - 300 gramos.

Tabla de peso y talla para niños y niñas

Las tablas sobre el peso y las medidas ideales son orientativas, un aspecto que deberás tener en cuenta a la hora de pesar y medir a tu hijo. Esta orientación NO sustituye a los consejos del pediatra. Sigue respetando y considerando las revisiones mensuales indicadas por el médico. Será él quien dará la última palabra cuánto al estado físico de tu hijo.

La tabla de la OMS para niños y niñas

Hasta abril de 2006, las tablas de crecimiento se basaban en una población infantil reducida, de un mismo origen geográfico y sin distinguir entre los bebés alimentados con leche materna y los que se nutrían de leche de fórmula. Hace quince años, la Organización Mundial de la Salud, OMS, consciente de esta situación y de que esas tablas podían estar interfiriendo en el cuidado de la salud de los bebés, decidió iniciar un estudio mucho más amplio. La población seleccionada incluye niños de diversas etnias y procedencias y la novedad es que todos han sido alimentados con leche materna que se considera el patrón de referencia en cuanto a alimentación.














miércoles, 6 de septiembre de 2017

lunes, 4 de septiembre de 2017

Casi casi camino...



Casi camino: ¿cuándo debe usar sus primeros zapatos?



El desarrollo motriz del niño se completa entre los 10 y 24 meses, cuando empiezan a gatear y desplazarse rápidamente por el suelo y culminan con la conquista de los primeros pasos. Esta es una fase emocionante en la que aprende a caminar, sin prisa, pero con gran determinación.

En los meses que anteceden a esta importante fase del desarrollo, el pie del niño necesita crecer y moverse lo más libremente posible. 

Encerrar un pequeño pie en zapatos rígidos, con contrafuertes altos y duros significa:

• Bloquear los movimientos de los dedos y de los tobillos

• Anular la sensibilidad del pie, que en el momento del nacimiento es incluso más sensible que la mano.

• Exponer al pequeño a sufrir pequeñas lesiones cutáneas, golpeando con el talón o con la punta del zapato las piernitas en movimiento constante.

Desde el momento en el cual el pequeño empieza a conquistar la posición erguida y a dar los primeros pasos, es necesario sostenerlo con zapatos adecuados para su edad.

Estos zapatos deben responder a requisitos específicos:

- El mejor material sigue siendo el cuero, por su flexibilidad, su porosidad y su 
capacidad de transpiración.

- La suela debe ser suave y flexible.

- La punta no debe ser estrecha para no impedir el movimiento de los dedos .

- La parte posterior debe tener un contrafuerte sólido, que pueda ayudar al niño a 
mantener la posición erguida, pero sin obstaculizar el movimiento del tobillo.

Durante los primeros años es sumamente importante controlar frecuentemente la longitud del zapato, dado que muchas veces el pie crece rápidamente y sin un parámetro constante.

Por lo general, se aconseja comprar zapatos de un centímetro, centímetro y medio más largo que el pie. Y no hay que olvidar que también conviene medir ambos zapatos porque durante la fase de crecimiento no es raro que existan diferencias entre un pie y el otro. 






Para acompañar a tu bebé en sus primeros pasos.

Arnés Caminador, para cuidar tu espalda mientras acompañas a tu bebé a dar sus primeros pasos.